Los perros y el desarrollo emocional de los niños.
Los seres humanos nos vemos beneficiados al tener contacto con animales y plantas, con la naturaleza. Sin dudarlo, una de las especies más cercanas es el perro. Está demostrado que el desarrollo emocional y social de los niños se ve favorecido al tener relación con los perros.
Un “bono extra” se agrega a las ventajas de convivir con animales y particularmente con perros. Se ha confirmado como contribuyen a la salud de los niños al prevenir el asma y las alergias. Ahora se comprueba que convivir con ellos en la niñez temprana, también mejora el desarrollo socio emocional.
Hogares con perro, niños con menos comportamientos antisociales.
Recientemente se publicó en la revista Pediatric Research, un estudio donde informan que los niños pequeños que conviven en su hogar con perros, muestran un mejor bienestar socio-emocional a diferencia de los niños que viven en hogares que no poseen un perro.
Puntos de impacto:
- Los niños pequeños que viven en hogares con perros tienen baja probabilidad de desarrollar problemas sociales y de conducta. Muestran comportamientos prosociales superiores que los niños de hogares sin perro.
- Los niños de familias con perro que juegan o pasean con él con mayor frecuencia muestran mejores conductas sociales.
- El desarrollo socio-emocional positivo se asoció con la tenencia de perros en familias que involucran a los niños pequeños en los paseos y juego con ellos.
- Es destacable que los beneficios socio-emocionales de tener un perro pueden comenzar en la niñez temprana.
- Debido a la gran cantidad de hogares con perros y niños, los hallazgos sugieren que la interacción durante el juego y paseo pueden ser mecanismos que facilitan el desarrollo socio-emocional de los niños pequeños.
Hayley Christian, uno de los autores que participaron en el estudio, comentó: “Si bien esperábamos que la propiedad del perro proporcionaría algunos beneficios para el bienestar de los niños pequeños, nos sorprendió que la mera presencia de un perro en la familia, se asociará con varios comportamientos y emociones positivas”.
Otra referencia.
Investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad Rovira i Virgili (Universidad Pública de Tarragona, Esp.) llegaron a las mismas conclusiones.
El estudio se realizó en dos grupos de niños, los que tenían un perro en el núcleo familiar, es decir, convivían con el siempre en casa. Y un segundo grupo que no tenía contacto con perros.
Concluyeron que la presencia de perros en edades tempranas ayuda al desarrollo social y emocional de los niños. Aunque esto no implica que la no presencia de estos signifique un desarrollo lento o un mal desarrollo.
Los investigadores señalan que “Es la primera vez que se realiza un estudio psicológico de la relación de los niños con los perros, que sigue una metodología reproducible y científica. Otras investigaciones en este mismo ámbito son de los años 80 y 90 y en ellos se detectaron problemas de metodología”.
La convivencia con los perros durante la infancia temprana favorece la salud física y emocional de los niños.
Conclusiones.
Las experiencias positivas y negativas que tenemos en la vida y más durante la infancia temprana, nos pueden marcar de por vida. En la actualidad, múltiples estudios señalan los beneficios de permitir la relación de nuestros hijos con mascotas.
¿Quién no desea un desarrollo integral para sus hijos? Me refiero a considerar su cuerpo, mente y espíritu. Tener un perro en el hogar durante la infancia, como se aprecia, cubre parte de las necesidades para lograrlo. Los niños que comparten su vida con perros, por lo general son más activos y ven favorecido su desarrollo social y emocional.
Considero importante tenerlo en cuenta cuando el hogar está bendecido con infantes, sin embargo, esta no debe ser la única razón para llevar un perro a casa. La decisión se toma siendo conscientes también de las necesidades de la mascota y el grado de compromiso que hagamos para darle calidad de vida. Es un ser vivo que siente, tiene necesidades y también sufre si se descuida su bienestar.
